miércoles, 15 de septiembre de 2010

El mundo, la vida en sí...

El mundo, la vida en sí, es una ceguera progresiva. Cuanto más llenamos el vaso de la sabiduría, más ciegos nos quedamos. Hasta el punto de que sólo vemos lo "evidente", nos volvemos aburridos. Poco a poco, la parsimonia se apodera de nuestra mente. Tanto es así que forma una muralla ante el conocimiento; nos marca el límite, privándonos del progreso. Como dijo un sabio de Viaró, "los niños son los mejores filósofos". Ellos ven todas las cosas con otros ojos, con singularidad, con asombro. Pero según transcurren los años, esta sociedad materialista les irá pudriendo el alma, negándoles el derecho a pensar. Convirtiéndoles en seres gregarios, que se dedican a "seguir a la manada".

1 comentario:

  1. discrepo pues solo hay que encontrar el enfoque adequado , y tampoco me parece gusto el pluralizar con todos los niños solo aquellos inseguros que no encuentran su lugar eso si que se pudriran pero aquellos seguros de si mismos con la mirada al futuro esos reinarán

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