He aquí una página con un artículo sobre la Biblia. Destacamos un fragmento en que se explican tres razones de su difícil traducción.
"Sin embargo, traducir la Biblia es una tarea muy compleja y laboriosa, que se enfrenta con muchas dificultades. Mencionemos sólo tres:
La primera es que incluye casi todos los géneros literarios conocidos en los países del área mediterránea: narrativo, poético (épico y lírico), profético (muy complejo), eucológíco u oracional, histórico (con matizaciones importantes), doctrinal-teológico, moral, legal, catequétíco, parenétíco y de predicación, proverbial, aforístico, epistolar... Obviamente, cada género literario pide sus propios modelos de lenguaje, su propio estilo. A la hora de traducir, no se puede, por ejemplo, «explicar» un poema o un proverbio, pues se desvirtúa; las imágenes y metáforas no tienen por qué coincidir entre dos lenguas; el vocabulario también tiene sus preferencias...
Una segunda dificultad es la gran extensión de la Bíblía. Viene a tener siete veces la del Corán. Otro tanto habría que decir comparada con las grandes novelas (Don Quijote, Guerra y Paz, Los hermanos Karamázov..), O las monumentales obras de la literatura clásica (Iliada, Odisea, Eneida...). A esa fatiga se añade otra dificultad, las lenguas originales: unos dos tercios de la Biblia están escritos en hebreo de hace aproximadamente 2.000-2.500 años, con diferencias locales y de tiempo (dialecto de Samaria, de Judea...); un tercio, en griego helenístico peculiar, a lo largo de tres siglos: dos antes de Cristo y uno después; y unos pocos fragmentos en arameo regio.
La tercera dificultad la constituye la circunstancia de que la Biblia, aunque siga viva en el seno de la comunidad religiosa - característica importantísima - muchos de sus textos, por su antigüedad, cambios de cultura y civilización, están reclamando un encuadramiento histórico, literario, religioso, que no puede hacerse cumplidamente en la traducción, sino fue reclama las notas o comentarios y las introducciones a los conjuntos de libros o a cada escrito en particular. En la actualidad todas las Biblias tienen, de una manera o de otra, más breves o más extensas, tanto las notas como las introducciones. Por eso, hoy día habría que hablar más bien de «ediciones de la Biblia», o algo parecido que aún no está acuñado, que comprendería el conjunto de introducción, traducción y notas. Pero toda «edición» seria, que supone el esfuerzo por penetrar en el sentido de los textos, se enfrenta no pocas veces a varias opciones hermenéuticas posibles, según los casos, con arreglo a la óptica que está en función de otros factores: concepto de Biblia en cuanto libro que contiene una u otra manera de concebir la Revelación divina, presupuestos teológicos y confesionales del «editor» o editores, actitudes hermenéuticas y culturales, etc."
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