Había una vez una reina que tenía una magnífica corona de cristal. Esta corona poseía unos poderes de seducción impresionantes. En la corte tenía muchos nobles, sirvientes y algún que otro juglar que la querían como nadie.
Con la corona atraía a la gente a su palacio. Pero un mal día la princesa murió.
Vaya esta inacabado no?
ResponderEliminareste blog es la caña...
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